jueves, junio 28, 2007

Mahoma vs Cervantes: cuando las minorías actúan como mayorías


Leo en Libertad Digital (y creo que es el único periódico digital que lo menciona) las últimas resoluciones del Consejo Escolar, que para quien no lo sepa, es el principal órgano del Ministerio de Educación en todo lo referente a planes de estudio, programación de la enseñanza, etc. Las resoluciones han sido variopintas, es difícil decidir tantas cosas y de tan funestas consecuencias (aunque cualquier mala decisión en términos de educación lo es):

-Denegar la especialización del alumno creando institutos "de ciencias" o "de letras"
-Impedir el pleno desarrollo intelectual de los alumnos más dotados, no creando planes de estudio avanzados a su capacidad
-Permitir el acceso al curso siguiente con la mitad de asignaturas suspensas
-Y el punto estrella en mi opinión: no fijar de estudio obligatorio en la historia, literatura y geografía en España, temas como (entre otros) Grecia, la Reconquista, el Lazarillo de Tormes, El Quijote, Lope de Vega, la Generación del 27 y el mapa político y geográfico español.

En realidad son muy escasos los puntos obligatorios del plan de estudio que marca el Ministerio, no cubriendo siquiera el pocentaje que tiene estipulado según la última reforma educativa (en la que se delegó un alto poder en las comunidades autonómas, otra barbaridad, pero éste no es el tema de hoy). Curiosamente, en uno de esos puntos sí que está incluido el estudio del islamismo, copando además mayor ponderación en tiempo lectivo que antaño.

Esto es absoluta y vergonzosamente cierto, de estas noticias que no te crees hasta la segunda lectura. De acuerdo que la comunidad islámico-musulmana es creciente en España, pero siguiendo este parangón, como el mayor núcleo de emigrantes es el ecuatoriano, debería existir una asignatura para el estudio de los quechuas, los incas y las bonitas matanzas de Pizarro (uno que sabía lo que se hacía).

La mayoría de los refranes de la lengua castellana son sabios, y aquí es muy adecuado ese de "donde fueres haz lo que vieres". Si alguien quiere residir en nuestro país debería adaptarse a las normas sociales y leyes que aquí imperan, y por supuesto un Estado o Gobierno debe salvaguardar los valores estatales y no bajarse los pantalones ante el primer soplo de la minoría de turno, pues sino residiría en el uno el dominio del todo, y la desambiguación del país ante la falta de referencias sería un hecho.

Pero claro, la tónica en la educación española de un tiempo aquí es el rasero plano. Como todos somos iguales, pues todos aprobados como sea (en el instituto, la universidad es tema aparte) ya que como todos estudiamos lo mismo, aunque eso sí, poquito nivel, que sino se nos queda tirada media clase por el camino. Las consecuencias son claras: pasotismo y malos modos del alumnado (para qué voy a mover un dedo si voy a aprobar igual), desperdicio de los talentos por mero aburrimiento e incluso por presión social, además de un profesorado mal pagado, a menudo mofado y amenazado cada vez en más ocasiones. Y si extrapolamos aún más, bajo nivel de la universidad, que no puede mantener el nivel de hace años porque es inalcanzable por los nuevos alumnos que le llegan. Y esto implica menor calidad de profesionales, y ello a menor desarrollo de un país, en suma.

El quid de la cuestión es que el Estado?, el Gobierno?, el partido X? nos quiere limitaditos para que así demos pocos problemas y se nos pueda manejar con soltura, problemática que por supuesto es más vieja que Carracuca.

Ya sabían los antiguos, que con pan y circo la multitud contenta, aunque por lo visto las nuevas generaciones sabrán mejor lo malísima que es el alcohol y según qué carne y cuándo empieza la Hégira.

¿Demagogía? Puede. ¿Incoherencia? Desde luego.