miércoles, junio 13, 2007

La "paridez" llega a las monedas


Me he quedado estupefacto esta tarde al enterarme de la última del Gobierno: dedicarle la cara de una moneda de euro a Clara Campoamor, una de las precursoras del movimiento feminista en España y impulsora del sufragio de la mujer.

Y la verdad, aunque esta señora seguro que tuvo grandes méritos, el representar a un país a través de una moneda debe ser un honor que recaiga en alguien de mayor entidad o calado, un genio o mente despejada, o en un monumento o maravilla que sólo exista en dicho país.

Echando un vistazo a los euros del resto de países, vemos que sus reversos se dedican a sus monarcas, monumentos (como la Puerta de Brandenburgo, el Coliseo romano o la misma Catedral de Santiago de Compostela) o símbolos nacionales (como el arpa irlandesa, el águila alemana o el sello real portugués). Los únicos personajes que aparecen aparte de los reyes, son Miguel de Cervantes, Mozart, Dante Aligheri (con la excepción griega, con dos políticos y un escritor de popularidad y transcendencia muy local). Dejo para el final la mención de Bertha von Suttner, señora a la que los austriacos dedican su moneda de 2 euros, y cuyo único mérito (ejem) es haber recibido el Premio Nobel de la paz. Total, una tontería.

Si la señora Campoamor hubiera sido la pionera, o la inventora, pero el honor de una moneda no lo ha recibido ni Kate Sheppard, por lo que a lo sumo se merece un sello. Aunque claro, un sello parece poco, no queda fardón ni parece correcto con esta política idiota de la paridad que aplica el PSOE.

A riesgo de opiniones femeninas (que espero que no feministas) en contra, creo que esta política es una verdadera estupidez. El ejercer un cargo debe depender de la valía de quien lo desempeñe, no de su cromosoma dominante. Por ello, no entiendo el famoso 50% hombres-mujeres tanto en ministros como en listas, porque si se atendiera exclusivamente a los currículums estoy seguro que el porcentaje variaría en uno u otro sentido aleatoriamente. Por tanto, esto es una maniobra más para la galería de las que se antojan habituales en política, y que tanto asco me producen.

Ya que no se dedican monedas a grandes-hombres como Ramón y Cajal, Miguel Servet, Torres Quevedo, Ortega y Gasset o Juan de la Cierva, y sí a señoritas que no se lo merecen, propongo otras opciones.

Podrían ser políticos (tanto de zurdas como de diestras), podrían ser personajes populares o grandes educadores, aunque mi opción prerida sería un símbolo español.